Los tumores de hipófisis más frecuentes son los adenomas. Son muy comunes, de tal forma que hasta en el 15% de las resonancias magnéticas de cráneo se observa alguna lesión hipofisaria. Se clasifican en “no funcionantes” que significa que no producen hormonas, o “funcionantes” que sí las producen. También se los puede dividir según el tamaño en microadenomas (menos de 10 mm) o macroadenomas (más de 10 mm). Pueden dar síntomas por las alteraciones hormonales que producen pero también al crecer pueden comprimir estructuras nerviosas, especialmente a los nervios ópticos. La decisión de tratarlos o no depende de si son sintomáticos o no, y si ponen en riesgo alguna estructura importante. A veces se los puede tratar con medicación pero en otras ocasiones la cirugía es la opción más conveniente. Actualmente se realiza con técnica totalmente endoscópica a través de la nariz, siendo esta una de las técnicas que más ha avanzado en los últimos años. En alguna situación el tratamiento radiante puede ser de utilidad.